Cosas que incomodan…y que nadie se atreve a decirte!

Cosas que incomodan…y que nadie se atreve a decirte!

Por Martina Valentino

Hoy me siento a escribirte como tantas veces me siento con mi equipo: con un café en la mano, el salón lleno de risas, alguna lágrima suelta y una sensación de tribu que, honestamente, me emociona cada vez más. Porque sí… además de dirigir Máximas Vibraciones desde hace casi 16 años, también me he convertido en una especie de consejera estilo mamá. Y no lo digo por vanidad, sino porque he escuchado tanto, he vivido tanto, he acompañado a tantas mujeres en este rubro, que siento que tengo el deber de contarte algo.

Algo que muchas veces no se dice, pero que es importante compartir.

Y es que… ¿te has preguntado alguna vez qué cosas molestan de verdad a una masajista?
¿Qué situaciones se repiten una y otra vez y terminan desgastando, incomodando o hiriendo sin que el cliente lo note?

No hablamos de grandes faltas, ni de malas intenciones.
Hablamos de esos pequeños gestos, descuidos o actitudes que nos hacen más difícil una labor que ya, de por sí, requiere de mucha entrega física, emocional y sensual.

Te lo cuento con cariño. Con ese mismo cariño con el que cada día cuidamos de ti.

Lo que más duele, literalmente, es la falta de higiene íntima.
No es pudor, no es prejuicio… es que cuando eso sucede, limita profundamente lo que te podemos ofrecer. Nos sentimos incómodas, cohibidas, con dudas incluso médicas. Y claro que nos gustaría decírtelo… pero ¿cómo hacerlo sin herirte, sin que lo vivas como un ataque?
Créeme que lo intentamos todo. Pero esa incomodidad se nota… y se siente.

Otra situación que pesa mucho es cuando llegás con mal humor.
Entendemos que puedas tener un mal día. Lo entendemos de verdad. Pero no descargues eso sobre quien te está esperando con una sonrisa, con el futón preparado, con toda la disposición de hacerte sentir especial.
Dejá que te cuidemos. Dejá que te cambiemos el ánimo. Solo pedimos un poquito de entrega de tu parte para que la magia suceda.

También necesitamos que sepas esperar y comprender cuando una masajista se enferma o necesita cancelar una cita.
No sabés lo frustrante que es para una de ellas tener que dejar de trabajar porque su cuerpo no da más… y encima, sentir culpa por no poder atenderte.
Esto no es un trabajo cualquiera. No podés atender estando con fiebre, con menstruación dolorosa, o después de una noche sin dormir. Si no estamos bien, no podemos darte lo mejor… y nosotras vivimos de darte lo mejor.

Otra cosita que duele –y mucho–: que compares o exijas cosas que no estaban pactadas.
Frases como “tu compañera sí lo hace” o “esperaba más” rompen una conexión que quizás se estaba construyendo con mimo.
Cada masajista ofrece lo que siente, lo que puede, lo que desea darte en ese momento. No se trata de cumplir con un guion… se trata de ofrecer una experiencia real. Exigir más o poner en duda lo que damos duele… porque lo damos todo.

Y sí, también molesta cuando reservás una cita y no venís o cancelás sobre la hora.
¿Sabés lo que significa perder una hora de trabajo? No es solo tiempo. Es comida, alquiler, responsabilidades.
Tu tiempo es importante… el nuestro también. Y lo cuidamos con todo el respeto del mundo.

Y por último… algo que siempre da risa, pero que es bien real:
¡La barba pinchuda!
Esa que parece inofensiva pero que, al contacto con nuestra piel íntima, ¡nos deja hechas polvo!
No sabés cuántas veces alguna ha tenido que quedarse sin trabajar por dos días porque no puede soportar el roce tras un oral o un beso que, aunque fue con cariño, dejó heridas.
Lo contamos con humor, pero es real.

¿Y sabés qué es lo más lindo de todo esto?

Que aún con esas pequeñas incomodidades, seguimos acá.
Sonriendo. Preparando el futón con mimo. Poniendo música suave. Recibiéndote con una mirada que no juzga, que abraza, que cuida.

Porque esto no es solo un trabajo para nosotras.
Es una forma de dar, de conectar, de amar lo que hacemos y amar a quienes nos eligen.

Solo queríamos contártelo.
Con la verdad de quien te respeta… y con la ternura de quien te espera siempre con los brazos abiertos.

Con amor y gratitud,
Martina Valentino
✨ Fundadora de Máximas Vibraciones
🌸 Donde sentir… lo cambia todo