No saben las ganas que tenía de que llegara este día… VACACIONES!
De verdad. Hay momentos que una espera con ilusión, y este es uno de ellos. Quizás los años ya se me noten —y no lo digo solo por las arruguitas que cuentan historias—, sino porque, aunque estoy rodeada de una dirección maravillosa, siempre, pero siempre, sigo al frente.
La primera en llegar, la última en irse… y la que carga con la responsabilidad de tomar decisiones que no siempre son fáciles.
Llevar un equipo de 17 mujeres es hermoso… y es intenso. Cada una de ellas llega con su mundo a cuestas, con sus alegrías, sus batallas, sus ilusiones. Y muchas veces me toca ponerme el sombrero de consejera, de confidente, de amiga. Y lo hago con todo mi corazón, porque sé que un equipo no solo se sostiene con horarios y agendas, sino con afecto, comprensión y hombros dispuestos a sostener.
Hoy quiero decirles que me siento feliz, profundamente feliz, por la cantidad de mensajes que me han llegado estos días al mail.
Porque sí… he hecho muchos amigos “online” que quizás nunca crucen esta puerta físicamente, pero están aquí, cerquita de mí, desde el otro lado de la pantalla.
Me escriben para felicitarnos, y muchos de esos mensajes me hacen un tilín en el corazón que no puedo explicar. Otros me preguntan de todo… y confieso que me encanta. Me gusta detenerme, contarles, llevarlos de la mano por esas cosas que no se ven, por todo lo que pasa “entre bambalinas”. Me encanta que pregunten, que quieran saber a dónde vienen, con quién, cómo cuidamos cada detalle… eso me habla de interés real y de que valoran lo que hacemos.
Quiero darles las gracias por todos esos elogios a ellas, a su trabajo, a su entrega diaria. Esas felicitaciones siempre se las hago llegar, porque sé que las alimentan por dentro. Son caricias al alma, y siempre hacen bien… ¿no creen?
Y las sugerencias… ¡cuántas sugerencias! Me han mandado miles, y más de una la voy a poner en práctica. Porque sí, me gusta escucharles. Me gusta sentir que esto lo estamos viviendo juntos. Ser jefa y, además, hacerlo sola, no es fácil… pero con ustedes no me siento sola.
Tengo un ejército de “socios invisibles” detrás de un teclado que me dan ideas, me inspiran y me ayudan a seguir soñando.
Muchos de ustedes han viajado, han conocido otros lugares, otras formas de hacer las cosas… y eso es valiosísimo. Me recuerda a mis propios viajes, cuando traía a Córdoba lo que aprendía en otros países. Algunas ideas prosperaban, otras no… pero yo nunca dejé de probar. Porque de eso se trata: de seguir buscando cómo mejorar.
Ahora tengo en mis manos muchas ideas para septiembre. Este año no cambiaré la decoración, como suelo hacer… pero sí voy a traer novedades que creo que les van a encantar.
Y me emociona pensar que, cuando vuelvan, sentirán que este lugar sigue vivo, sigue evolucionando, pero conserva su alma intacta.
Así que lo dicho: disfruten mucho de estas vacaciones.
Y si quieren seguir escribiéndome, pueden hacerlo a maximasvibraciones.sugerencias@gmail.com. Les leeré con la misma ilusión con la que leo cada palabra.
El 1 de septiembre estén atentos… porque voy a traerles un manjar de esos que se saborean con todos los sentidos.
De esos que sé… que les gustan.
Con todo mi cariño,
Martina Valentino
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